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Ni satánicos ni darketos, simplemente góticos

Usualmente los llamamos “darketos”
“satánicos” o “góticos”, por definirlos de
alguna manera, por tener una apariencia
diferente y, en ocasiones, hasta por
delinearse los ojos y cejas de negro,
tener aspecto de palidez extrema
o, simplemente, por vestir casi
siempre ropa oscura. Tales
hechos provocan un estigma
social y cultural a personas que
se identifican con un estilo de
vida, pensamiento o filosofía.

Los padres temen que sus
hijos se involucren en dichas
tendencias o ideologías por
temor al suicidio, la violencia
y las malas compañías;
generalmente, el término es
casi despectivo y, por ello, hay
que aclarar un poco el tema
a las personas que se sienten
intimidadas con los góticos;
pues es innegable la cantidad de
reservas que guardan por temor a
ver a sus hijos o familiares involucrados
en el movimiento, el cual consideran casi
una vergüenza social.

Guadalupe Ruz

Es preciso enfatizar que por ignorancia
respecto al término, hemos etiquetado
erróneamente el movimiento en su
totalidad. El gótico no se basa en creencias,
cuestiones religiosas, dogmáticas y, mucho
menos, en influencias satanistas. Tampoco
es un culto de reunión o, por el contrario,
algún tipo de doctrina a seguir.

La importancia del gótico, más que
social, debe definirse con fines netamente
culturales; propiamente en un estilo
de vida. El grupo está marcado por un
énfasis en el individualismo filosófico,
la tolerancia y el gusto por la diversidad,
la dicotomía de la vida y la muerte,
oscuridad como sentido de enigma y el
temor hacia lo desconocido. Manifiesta
una fuerte relevancia de la creatividad,
una tendencia hacia la intelectualidad, de
amor por el arte, la literatura, la música, la
arquitectura y todo movimiento que tenga
como vínculo las antiguas tradiciones
del género de misterio y terror en todas
sus manifestaciones. No se define por
un estilo de ropa, tendencias o color; los
góticos no se etiquetan por el aspecto,
ya que pueden vestir blanco, de negro, al

estilo victoriano o, simplemente, no seguir
ningún estilo sugestivo. No proclaman
por las calles sus intereses, pues contrario
de lo que se piensa, paradójicamente, no
les gusta llamar la atención.

Será muy raro no ver un gótico involucrado
en la lectura, pintura, música o
utilizando a la literatura como medio para
expresarse.

Los distintivos góticos van enmarcados
a la vida, el dolor, la melancolía, los
sentimientos oscuros, la orfandad, el
contraste entre la luz y la oscuridad, el bien
y el mal: con la conciencia de que no hay
una sin la otra; arrojan amor por lo viejo,
lo raro, lo arcano, el dolor, la soledad,
la tristeza..., pero en ningún momento
comparten tendencias violentas, suicidas
o de rencor social.

No tener una clara definición del
movimiento gótico es demeritar su propia
existencia y marginar su grandeza
de pensamiento a simples descripciones.
Sabemos que sus primeras manifestaciones,
influencias y tendencias conforman

el llamado arte bárbaro iniciado por los
godos y cuyos rasgos han prevalecido a
lo largo del tiempo. Usualmente se dice
que el gótico es un movimiento derivado
(hasta degenerado) del punk; si bien esto
tiene algo de cierto, es insuficiente para
definirlo. Lo mismo que llamarlo “dark”,
pues es el insulto más grande que puede
decirse a quien se define como gótico.

El movimiento es, sin duda, una
derivación de la época romántica, donde
se encontraba atractivo en la fantasía, lo
oculto, lo desconocido o lo impenetrable,
todo lo que se opone a la razón pura. Y
donde solo los sentimientos encontraban
posibilidad de percibir el sentido de las
cosas.

Desde que el ser humano ha tenido
conciencia, se ha cuestionado las incógnitas
que conllevan su propia existencia
y origen, ha encontrado solo misterios
que lo rodean, ha sentido atracción por
entender todo lo que le es desconocido y
ha tratado de darse explicaciones basadas
en teorías y mitos que le dan tranquilidad.
Sin embargo, el miedo a lo desconocido
es latente, ese mismo sentimiento por lo
insospechado ha sido fiel compañero que
le ha dejado como herencia a la existencia
misma, y es inminente el interés que
dichos temas producen a la mayoría de
jóvenes identificados con las cuestiones
culturales de las antiguas tradiciones, el
género de misterio y terror que apasiona
a muchos cuando lo descubren.

Como hemos dicho, la gran parte
de los góticos tiene como antesala el
misterio, le atrae la literatura oscura, la
escultura, arquitectura, la música, como
medio de expresión; pero, sin duda,
después de leer a Allan Poe, el horror
empieza a tomar tintes más poéticos y
el mito empieza a evolucionar con el
célebre Drácula, de Bram Stoker, o las
Crónicas vampiras, de Anne Rice, o el
Castillo de Otranto de Horacio Wallpole,
sin olvidar a Lovecraft con su cosmogonía
de monstruos. Esta literatura es motivo
de inspiración para todos los seguidores
del nuevo movimiento neogótico que
se mantiene vigente en las actuales
generaciones y con mucho auge gracias
a la cinematografía y la mercadotecnia;
pues estas se han encargado de promover
un vampiro adolescente que ha rescatado,
de cierta manera, la esencia del vampiro
de antaño, lo cual es precisamente lo que
ha atraído a miles de seguidores que han
encontrado un mundo mágico al leer las
historias enigmáticas como aterradoras
de los no-muertos.

Macabro, distinto, si tus inquietudes
giran en torno a la vida, la existencia,
la melancolía o la soledad, no eres raro;
encuentra en el gótico −entre letras
viejas, vampiros, catedrales medievales y
hombres lobo− eso que buscas.❧